El patrón viento

Por el Maestro Angel E. Filibert

Los estados de cambio representados por Trigramas, en el caso de los ocho símbolos, fueron desarrollados , posiblemente, por los antiguos o fue obsequiado por civilizaciones superiores, para que el hombre, haciendo uso de ellos, pudiera aplicarlo a los distintos ámbitos y tuviera un armónico desempeño.



De allí, que con ellos se puedan comprender las distintas teorías de conocimiento referidas, desde la creación a las estructuras filosófica, que explican a ésta, y completar los aspectos de éstas, ya que el que crea una teoría, lo hace, preponderantemente, desde un elemento .

Por ello, es importante, que el hombre sepa distinguir entre lo pasajero y lo que perdura, siendo lo pasajero el Cambio y lo que perdura las lecciones que estos nos dejan, de allí su estudio.

Por ejemplo, en los constantes cambios de la vida, nuestras acciones tienen una cierta polaridad que no siempre es la que buscamos. Tratamos de gestar lo mejor sabiendo que, en su expansión, se irá desarrollando una fuerza inversa a la deseada.

Uno puede realizar las acciones que según su juicio son las correctas, pero en el desarrollo de las mismas se suscitan cosas que, no sólo afectan nuestra percepción, sino que, también, afectan al conjunto que nos rodea. Todo sucede al unísono de nuestra acción, las cosas se ajustan sobre la marcha, aún así se produce un rebote yin porque es inherente a nuestro universo, no hay yang sin el yin.

Se busca el menor nivel de daño, pero éste crece solo como una semilla negra que es inherente a todo el accionar de la vida.

No hay forma de evitar que el yin se produzca y que se expanda, irremediablemente, llevando hacia la disolución. Solo nos es posible a través del poder volitivo, accionar sobre el yang, incansablemente, para que la interminable expansión se refrene aunque no se detenga.

El conocer tales cambios y comprenderlos, nos permite ver que todas las formas son parte de nosotros mismos y, que tales hechos, deberán ser una y otra vez corregidos para obtener el medio de cada una de nuestras actitudes, lo cual no es fácil en este universo donde la tendencia yin es la más fuerte.

La búsqueda del camino del medio, es decir, la acción justa con el menor perjuicio, es tal vez lo más difícil cuando se carece de las herramientas apropiadas. Existen distintas herramientas, entre ellas, la más elemental es el concepto de iyología, con sus ocho leyes primordiales para el entendimiento cosmogónico.

El símbolo del centro de nuestro escudo, el yin-yang, representa por su forma de orientación y giro, al trigrama Viento. Está representando un estado de mutación. Se puede decir que el símbolo o trigrama del medio indica el estado general del patrón o escudo. Son circunstancias de la vida expresadas en una mutación, con los Trigramas restantes en formación de guerra, de ahí su expresión de Viento Divino.

Si se observara con un microscopio un cabello, su reflejo inicial sería tal, que veríamos una masa difusa, si lo fuéramos ajustando llegaríamos a observar un punto determinado captando una situación determinada de una composición de elementos que conforman dicho cabello. Ese instante de aproximación se vuelve difuso, cuando seguimos ampliando, hasta llegar a los espacios intermoleculares, hallamos Vacío y Luz. De este modo, esa situación que nos permite vislumbrar casi en un punto, cierto estado del elemento, analógicamente, las mutaciones podrían llegarse a comprender, como en un punto en el cual podrían representarse con la ubicación de los trigramas, lo cual nos permitiría tener una idea, aproximada, para la comprensión de lo que llamamos mutación.

A su vez, dentro de esa mutación tenemos un tiempo, el cual también podemos representar con los trigramas considerando que dentro de esa mutación, en particular, pueden expresarse los ocho estados con todas las combinaciones sobre cada uno de los signos que sea capaz, la mente humana, de comprender, a la vez intercalando distintos tiempos dentro de la mencionada mutación.

¿Se pueden acelerar o retardar las mutaciones? Al igual que un electrón puede acelerarse por acción de otros elementos (fuego, calor), activando las vibraciones de los elementos cambiando su punto de referencia. Del mismo modo, se lo puede atrasar utilizando campos magnéticos, luz, etc., alterando de este modo su accionar. Toda analogía sirve para interpretar el verdadero pensamiento cósmico, que siempre es parte de un todo, utilizando la técnica y el grafismo sólo para su comprensión, siendo las herramientas necesarias para que el conocimiento forme parte instantánea en nuestra mente y en nuestro accionar.


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